Son jarocho con sabor a piña . Un acercamiento a la música, sus intérpretes e historia
Claudio Alonso Martínez Sánchez
Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC), 2017
Las inmensas llanuras y lomeríos bajos ubicados entre los ríos Tesechoacán y San Juan Michapan, conforman una región característica dentro de la configuración territorial del Sotavento. Los grandes cambios en esta región comenzaron a principios del siglo XX. Primero con la llegada del ferrocarril Veracruz-Pacífico. Poco después, una vez consumada la Revolución vendrá el repoblamiento de esta región con la aparición del ejido y la pequeña propiedad; y a mediados de los años 1920 llega un nuevo cultivo que transformará la vida y el desarrollo de estas llanuras: la piña (ananas comosus), una especie de la familia de las bromeliáceas, nativa de América del Sur. Las extensiones de tierra de los actuales municipios de Ciudad Isla y Juan Rodríguez Clara formaban parte de los extensos hatos de ganado de las antiguas haciendas de Agustín Guerrero y Nopalapan. En el caso del municipio vecino de Tesechoacán (ahora Villa Azueta), en la margen izquierda del Tesechoacán, éste formaba parte de la hacienda de Uluapan. Hasta la fecha la cría de ganado sigue siendo importante en la economía de estas entidades, sin embargo Cd. Isla y J. Rodríguez Clara se han convertido en uno de los mayores productores de piña a nivel nacional (90% de la producción total del estado de Veracruz). Una región en donde el son jarocho y los fandangos campesinos llegaron y florecieron con los nuevos ejidos y en donde también, como en todo el Sotavento, para los años 1970 parecían haber llegado a su fin. Son jarocho con sabor a piña. Un acercamiento a la música, sus intérpretes e historia, de Claudio Alonso Martínez Sánchez, un trabajo de investigación y documentación musical, en donde su autor descubre y documenta un pequeño universo en la región piñera occidental del municipio de Cd. Isla y sus inmediaciones con el municipio de Villa Azueta. Claudio Alonso nos presenta y nos informa sobre un conjunto de trece músicos de esta región. En la sección anterior Las perlas del cristal de este mismo número de la revista, se presentan fotografías de todos estos músicos, tomadas por Claudio Alonso junto con algunos de los testimonios recogidos e incluidos en su libro. Son jarocho con sabor a piña, comienza presentando a cada uno de los músicos a través de entrevistas realizadas de manera metódica y sobre temas específicos: ‘El gusto por el son jarocho’, ‘Sobre los instrumentos y las maderas’, ‘Sobre los fandangos’, y ‘Sobre las galas y las parrandas’. Con estos valiosos testimonios que recoge Claudio Alonso, es posible acercarnos y tener noticias de las prácticas musicales locales de un pasado remoto (mediados del siglo XX), así como de los instrumentos (jaranas y guitarras de son) y ensambles musicales preferidos de esta región. Además de incluir y discutir la versada de varios sones jarochos que documenta, Claudio Alonso dedica el resto de su libro a la jarana jarocha y a la guitarra de son. Estas secciones representan, a decir del propio autor, “[…] una introducción a la forma de interpretación del son jarocho de acuerdo al estilo de trece músicos, de probada experiencia, oriundos de Ciudad Isla, Cujuliapan, Mazoco, Tesechoacán, El Ñape, Los Sardos y Palo Blanco, una zona conocida por su producción de caña”. Sobre la jarana jarocha, Claudio Alonso reportar cuatro diferentes afinaciones del instrumento usadas por los músicos jaraneros entrevistados, Delfino y Francisco Cook, Martín Hernández, Ignacio Alonso, Amado Molina y Víctor García, y también documenta los patrones rítmico-armónicos básicos de jarana de ocho sones jarochos de tarima (El Ahualulco, La Bamba, El Butaquito, El Cascabel, El Colás, La Guacamaya, El Pájaro Cu y El Zapateado), su manera de rasguear en pautado rítmico, y en algunos casos, variaciones de los mismos rasgueos encontradas entre los diferentes músicos. La última parte del texto está dedicada a la guitarra de son. Aquí Claudio Alonso reporta las diferentes afinaciones y tonos musicales empleados por los músicos guitarreros Esteban Vargas, Quintiliano Durán, Desiderio Rodríguez, Ricardo Aburto, Luis Hernández y Macario Alfonso, para la interpretación de varios de los sones del repertorio; y además, nos presenta transcripciones musicales, tanto en partitura musical como en tablatura, de líneas melódicas empleadas por estos mismos músicos para los ocho sones, mencionados antes. Las líneas melódicas transcritas están tomadas de las grabaciones de campo que realizó Claudio Alonso de los diferentes intérpretes y que consigna en el disco digital CD que acompaña al libro. La colección de grabaciones incluye 27 registros sonoros de rasgueos de jarana y 130 registros de “figuras” (patrones melódicos) de guitarra de son de cada uno de los músicos guitarreros mencionados; identificando figura por figura. Todo esto representa no solamente un buen trabajo de documentación, sino que va implícito, como confiesa Claudio, “el objetivo de colaborar con el aprendizaje del género”. Invitamos a que conozcan el libro Son jarocho con sabor a piña. Un acercamiento a la música, sus intérpretes e historia de Claudio Alonso Martínez Sánchez, un trabajo que sin duda nos aproxima, como escribimos antes, a una región musical con carácter, rica y diversa, por descubrir al interior del Sotavento. Un libro y CD que por varias razones recomendamos ampliamente.Los editores
Revista # 9 en formato PDF (v9.1.0):
Y donde se consigue el libro?
Parece que el libro está agotado, le sugerimos contactar al autor Claudio Alonso, tal vez por ¿Facebook?
Hola, disculpa…se encuentre el audio en línea?